Experiencias Pedagógicas 03
domingo, 12 de octubre de 2014
Jornadas interinstitucionales de lectura
La Escuela Provincial de Comercio de Nonogasta de nivel medio organizó el evento educativo enmarcado dentro de las Jornadas de lectura de Escuela, Familia y Comunidad
Las acciones planificadas fueron:
• Las invitaciones a otras instituciones educativas de nivel inicial (Jardín de Infantes), como así también, de un Jardín Maternal y padres de los alumnos involucrados en esta propuesta interinstitucional.
• La jornada se puso en marcha en una zona estratégica como es la plaza principal de dicha ciudad con la preparación de stand a cargo de los alumnos del secundario; donde cada curso (15 en total) debían acondicionar el lugar que consistía en rincones acordes a las características del grupo de chicos que iban a recibir, con el empleo de materiales como juguetes, almohadones, libros de cuentos, golosinas, juegos, canciones, etc.
Los alumnos de la Escuela Provincial de Comercio- Nonogasta fueron los encargados de organizar y realizar juegos y actividades (lecturas- teatralización) con los chicos de ambos jardines donde se dedicaron a promover la lectura de textos literarios.
Las docentes de los jardines promovieron e invitaron a los padres que acompañaron a sus hijos y algunos de ellos leyeron cuentos.
Al finalizar el evento se realizó una puesta en común y el cierre del evento cultural.
Se vislumbró la integración de los alumnos tanto de nivel inicial como del nivel medio donde se vio reflejado un trabajo colaborativo entre todos los protagonistas de las instituciones participantes
sábado, 11 de octubre de 2014
La importancia de fomentar el pensamiento crítico en nuestros alumnos.
Era un día como cualquier otro pero al
llegar al aula noté que los alumnos estaban bastante enojados por las
correcciones que les había hecho a sus trabajos. Ni bien alcancé a dejar mis
cosas sobre el escritorio, me vi rodeada de muchas caras que pedían a gritos
una explicación. Enseguida pedí orden a los alumnos y que vuelvan a sus bancos.
Lo primero que pensé fue “qué habré hecho con sus trabajos”. Una voz del fondo
con mucha firmeza dijo “profesora, queremos que nos diga porqué nos puso mala
nota en los trabajos si trabajamos un montón y escribimos como diez páginas….”
Y al unísono siguió un susurro interminable. Entonces comencé con mi
explicación diciendo “creo haber sido muy justa con la corrección, yo solicité
un trabajo de elaboración personal y no de internet, si hubiese querido pedirle
un trabajo a internet se lo hubiese hecho pero se los pedí a mis alumnos…”. Y
un silencio apareció en el aula. Sentí que se habían dado cuenta que descubrí
que habían copiado de internet los trabajos. Entonces les dije “cuando
trabajamos en clases sobre temas de actualidad, hechos históricos o les pido a ustedes
que realicen trabajos de investigación surge una cuestión muy importante, a
saber, cuál es la verdad. Con el avance de internet y las tecnologías de
información y comunicación, la cantidad de información disponible es muy
importante pero no siempre es fiable. Muchas veces, ustedes terminan copiando y
pegando información o trabajos enteros sin realizar ningún tipo de análisis
crítico sobre la veracidad de lo que están trabajando”.
Poco a poco, noté que las caras de
enojo iban cambiando y ahora se empezaban a mirar entre ellos con una mirada
pícara entre asombro y cara de “nos descubrió”…. Les expliqué que es importante
desde mi rol de docente incentivarlos a
trabajar desde un pensamiento crítico. Le dije “mi objetivo es enseñarles que
deben dudar y ser críticos con la información que encuentran en internet, ya
que no todo lo que está en internet viene de fuentes confiables. Esto es una
tarea difícil, especialmente porque vivimos en la era de la sociedad de la
información y donde el uso de internet como motor de búsqueda de información
escolar es moneda corriente. No se trata de solicitarles que dejen de usar
internet pero sí que sepan darle un buen uso como complemento
de bibliografía principal como libros, manuales, revistas académicas, etc….”
El silencio seguía en el aula hasta
que una voz lo rompió diciendo “¿y cómo sabe que sacamos la información de
internet?....”. Entonces pensé una respuesta que no los haga enojar pero que
pueda cumplir con el objetivo de enseñanza. No debía ser irónica ni soberbia,
pero a su vez necesitaba que ellos se dieran cuenta que yo realizaba un
seguimiento de sus trabajos y que realmente me interesaba lo que escribían.
Entonces les dije “las mismas herramientas que ustedes usaron para buscar
información me ayudaron a encontrar unos trabajos iguales en la web…” Se sintió
un susurro interminable en el aula. Entonces uno de los alumnos preguntó “¿y
podemos hacer el trabajo nuevamente así nos cambia la nota?”. Al instante el
resto empezó a pedir lo mismo. Por un momento comprendí que los alumnos habían reconocido
y hecho su autocrítica, y querían volver a empezar. Sentí que el objetivo
estaba cumplido y que sin generar un conflicto innecesario, lograron darse
cuenta y aprender de la situación. Ese paso que dieron fue un verdadero trabajo
desde un pensamiento crítico.
domingo, 21 de septiembre de 2014
Mi primer día de clases
.jpg)
Pasaron unos
meses y un día….surgió una posibilidad
de trabajar en una escuela rural donde su población de alumnos en su mayoría
son de la etnia Qom-Estaba llena de expectativas, nervios, miedos, y todo lo
que seguramente muchos de los colegas sintieron en su primer día de trabajo…
“Tercero de
comunicaciones”- me dijo la directora… ¿Te animas? “¡Sí, claro!- dije yo!
“Y así comenzó mi aventura, por lo que tanto me había formado al fin
legaba, sentía que mi corazón latía muy
fuerte mientras la directora me
acompañaba para presentarme a los chicos.
Entramos y un
silencio se produjo, terminadas las presentaciones formales, sentía que 18
caritas me miraban, muy expectantes y miles de situaciones vividas en el
profesorado se me venían en la mente, qué hacer ¿qué decir? Opté por lo fácil y
me presenté, y los invité a que se
presentaran también.
Muy tímidamente lo hicieron, cada uno fue
diciendo su nombre y apellido.
Lentamente se fue
produciendo un dialogo ameno ente los chicos y yo, me contaron un poco donde
vivían, cuáles eran sus sueños, que les gustaría seguir estudiando y demás….
Y así sin darme
cuenta el timbre de finalización de hora sonaba. “Ya el timbre”- dijeron los
chicos ¡qué rápido pasó la hora!
“Bueno mañana nos
vemos así que seguiremos conociéndonos”,-“hasta mañana chicos”- les dije.
¡“Hasta mañana profe”!
Dijeron al unísono...
Nuca olvidaré el
sentimiento de absoluta plenitud que sentí al escuchar de mis alumnos esa
palabra: “profe”, cuanto significado tenia para mí; de vuelta a casa, en los 25
kilómetros que tengo que hacer para volver a mi hogar, tuve tiempo de hacer un
repaso de todos los momentos difíciles que tuve que pasar para recibirme, y que
muchas veces estuve tentada de abandonar. Nada se compara con esta alegría
inmensa de ver los frutos de mi esfuerzo y dedicación. “Profe” una palabra que
para mí era gigantesca y encerraba todos los sueños que una vez me atreví a
soñar. Ese sueño se concretaba ese día los frutos los comenzaría a percibir a
partir de ese glorioso día…
sábado, 20 de septiembre de 2014
Mi experiencia en el aula con la ortografía y la redacción de los alumnos
En mi corta experiencia docente, así como en mis prácticas educativas, pude observar que la mayoría de los alumnos del nivel secundario presentan dificultades en la ortografía y la redacción.
A continuación, voy a referirme al caso particular de mis alumnos de tercer año del CBC. Ellos debían redactar un cuento fantástico sobre un tema a elección. Al entregar sus producciones pude ver las dificultades gramaticales, de coherencia y de cohesión.
En este sentido, sus faltas de ortografía se daban en la inadecuada escritura de las palabras y de la aplicación de las normas de la ortografía en general. En efecto, los estudiantes escribían como hablaban o de manera abreviada como si estuviesen escribiendo un mensaje de chat o SMS.
La coherencia y cohesión de estos alumnos era inadecuada, ya que empezaban una idea y la siguiente no coincidía con la primera. Sumado a esto, lo que redactaban era sumamente breve. Tal vez en sus mentes tenían una idea acabada de lo que querían escribir pero al momento de concretar se “iban por las ramas”.
En una primera instancia, me ocupe de la ortografía, ya que debían mejorar esta cuestión. ¿Cómo lo hice? A través de la enseñanza de las reglas ortográficas y con la utilización de textos relacionados con el mundo tecnológico y adolescente, por ejemplo “el uso del celular”. Es decir, les acerqué textos que captarán la atención del alumno para así poder enseñar y aplicar las reglas ortográficas mediante una mejor predisposición del estudiante. Ellos tenían a mano las reglas ortográficas y debían aplicarlas de la manera adecuada.
A partir de los textos disparadores, los estudiantes debían realizar otra redacción sobre el mismo tema o argumento pero en esta ocasión, estaban obligados a aplicar las reglas de coherencia y cohesión adecuadas que fueron expuestas oportunamente en una clase anterior.
Esta vez las producciones que recibí fueron medianamente mejor elaboradas y cuidadas en su redacción, ya que los temas propuestos eran del interés del alumno. Esta fue una de mis estrategias. Le ofrecí al estudiante un texto con una cuestión de su interés para trabajar desde allí con el error.
Cabe destacar que estos alumnos cuando leían en voz alta también lo hacían con muchas dificultades de entonación. Como estrategia para sobrellevar este problema, estoy implementando la lectura cotidiana y obligatoria de un libro en los últimos minutos de la clase. Es decir, estoy intentando crearles un hábito de lectura como condición para la obtención de un buen concepto.
En efecto, considero que el estudiante de hoy está más familiarizado con lo tecnológico y visual que con la redacción o lectura de un texto. Si el texto a leer o escribir es extenso, surgen las quejas unánimes como así también en las instancias de dictado. Sería bueno reflexionar cuales son las causas de estas dificultades y cuáles son los mejores métodos a utilizar para paliar esta situación. Aquí les dejo un video sobre otro tipo de estrategia innovadora para enseñar ortografía.
A continuación, voy a referirme al caso particular de mis alumnos de tercer año del CBC. Ellos debían redactar un cuento fantástico sobre un tema a elección. Al entregar sus producciones pude ver las dificultades gramaticales, de coherencia y de cohesión.
En este sentido, sus faltas de ortografía se daban en la inadecuada escritura de las palabras y de la aplicación de las normas de la ortografía en general. En efecto, los estudiantes escribían como hablaban o de manera abreviada como si estuviesen escribiendo un mensaje de chat o SMS.
La coherencia y cohesión de estos alumnos era inadecuada, ya que empezaban una idea y la siguiente no coincidía con la primera. Sumado a esto, lo que redactaban era sumamente breve. Tal vez en sus mentes tenían una idea acabada de lo que querían escribir pero al momento de concretar se “iban por las ramas”.
En una primera instancia, me ocupe de la ortografía, ya que debían mejorar esta cuestión. ¿Cómo lo hice? A través de la enseñanza de las reglas ortográficas y con la utilización de textos relacionados con el mundo tecnológico y adolescente, por ejemplo “el uso del celular”. Es decir, les acerqué textos que captarán la atención del alumno para así poder enseñar y aplicar las reglas ortográficas mediante una mejor predisposición del estudiante. Ellos tenían a mano las reglas ortográficas y debían aplicarlas de la manera adecuada.
A partir de los textos disparadores, los estudiantes debían realizar otra redacción sobre el mismo tema o argumento pero en esta ocasión, estaban obligados a aplicar las reglas de coherencia y cohesión adecuadas que fueron expuestas oportunamente en una clase anterior.
Esta vez las producciones que recibí fueron medianamente mejor elaboradas y cuidadas en su redacción, ya que los temas propuestos eran del interés del alumno. Esta fue una de mis estrategias. Le ofrecí al estudiante un texto con una cuestión de su interés para trabajar desde allí con el error.
Cabe destacar que estos alumnos cuando leían en voz alta también lo hacían con muchas dificultades de entonación. Como estrategia para sobrellevar este problema, estoy implementando la lectura cotidiana y obligatoria de un libro en los últimos minutos de la clase. Es decir, estoy intentando crearles un hábito de lectura como condición para la obtención de un buen concepto.
En efecto, considero que el estudiante de hoy está más familiarizado con lo tecnológico y visual que con la redacción o lectura de un texto. Si el texto a leer o escribir es extenso, surgen las quejas unánimes como así también en las instancias de dictado. Sería bueno reflexionar cuales son las causas de estas dificultades y cuáles son los mejores métodos a utilizar para paliar esta situación. Aquí les dejo un video sobre otro tipo de estrategia innovadora para enseñar ortografía.
jueves, 18 de septiembre de 2014
UN DÍA COMO CUALQUIER OTRO
UN DÍA COMO CUALQUIER OTRO
Siete de la mañana. La tensión que produce llegar a horario hace que llegue media hora antes. El personal auxiliar, un poco tarde como siempre. La limpieza a medio hacer pero los termos con agua caliente ya están listos. Miro el reloj y voy directo al pizarrón, ya que tal vez a última hora anoche algún profe haya avisado de su ausencia. Y comienzo a desear que no falte ningún profesor de la primera hora, porque no hay preceptores suficientes para hacer todo el trabajo. Si el profe X tomó licencia, y no se cubrieron sus horas, cómo hacemos? Plan de contingencia, horas libres cero.
De a poco comienzan a llegar los actores institucionales. Siempre son los mismos los que llegan a horario, se reúnen en la sala y comienzan las charlas rutinarias que van desde contenidos,metodologías, tutorías, problemáticas de grupos y otros datos curiosos...y entonces suena el timbre, y entran los alumnos. Algún que otro profesor rezagado viene cargado de libros con su último aliento, pero otros se han quedado afuera porque ya se cerró la puerta.
Damos la bienvenida a los alumnos. Hay muchos afuera esperando que terminemos de decir la oración a la bandera. ¡Qué momento tensionante es éste! Atrás quedaron los alumnos que, orgullosos, procuraban hacer buena letra para poder pasar a la bandera e izarla como corresponde. No, estos alumnos de ahora se pelean por no pasar a izar la bandera, sienten vergüenza de ese honor, el pabellón nacional los incomoda...ruidos de carpetas, murmullos molestos, algún globo de chicle y todo se desmorona...porque este momento, este instante en el que pocos quieren pasar a izar el pabellón nacional, es un momento muy particular en nuestra institución. Párrafo aparte para el llamado a la reflexión que damos todos los días, las tareas otorgadas a quienes se negaron a tal honor, los mensajes exhortativos que suelen demorar la entrada al salón. Y entonces, cuando los alumnos se disponen a ir a sus aulas, se abren las puertas y al abrirse las puertas, entran agolpados muchos chicos con cara de dormidos, y algunos profes con marcas de almohada en el rostro. Una mirada de desaprobación de mi parte, para que implícitamente comprendan el mensaje..un mensaje que dice “no se llega tarde, hay que dar el ejemplo”.
La mañana suele ser tranquila, excepto cuando tenemos la visita de algún inspector. Es éste un personaje muy curioso, es el mayordomo de una mansión llena de párvulos que se le ocurre pasar el dedo por todos los muebles hasta encontrar suciedad...y ya sabemos que el que busca, encuentra. Es, como decía, un curioso personaje cuya única misión es señalar los errores, desaciertos y omisiones...porque parece ser que hay pocas cosas buenas en esta escuela. Pero en el fondo los entendemos, porque estos buenos actores educativos responden a otros, siendo éstos también educativos pero no por concurso, que ejercen autoridad y generan mandatos difíciles de no cumplir...imaginar un acto de rebelión sería impensable.
Y así transcurre la mañana...el timbre de las 11.50 es para algunos, el fin de la jornada, para otros el inicio; para algunos la salvación y el descanso por el resto del día, para otros el comienzo de la tortura...todos lo vivimos de una forma diferente, con un sabor particular que va dejando este convivir en la institución. Somos como una familia, somos la institución escuela.
miércoles, 17 de septiembre de 2014
La influencia de los medios en la adolescencia
Los medios masivos de comunicación han pasado a formar parte de la vida cotidiana de casi la totalidad de la población mundial. En primera instancia hablar de estos conceptos, es decir medios de comunicación, remitía a objetos tales como la radio, luego a la televisión y en nuestra actualidad parece remitirnos inmediatamente a lo que es internet y todo lo que este comprende; aunque también la tecnología y los medios de comunicación se compone de objetos fabulosos y hasta extravagantes que son tenidos como íconos de la vanguardia tecnológica actual, y hasta del futuro si se quiere, en donde uno se puede encontrar con la información que desea en cuestión de segundos.
Los medios masivos de comunicación han ganado territorio en el hogar de nuestras familias de tal manera que en oportunidades lo único que importa a la hora de sentarnos a la mesa en familia, es escuchar lo que los medios, es decir la televisión, dice. Hacemos caso a todo lo que la radio, la tv e internet enuncian; como sociedad hemos incorporado esta nueva costumbre y hemos descartado formas convencionales y propias que se daban con frecuencia dentro del seno familiar y en otros ámbitos, como por ejemplo el diálogo familiar, la lectura de los diarios, de los manuales, entre tantas otras buenas costumbres que nos caracterizaban y nos cultivaban.
Pero no es tan general la problemática y en este marco podríamos decir que medios influyen en mayor medida en la población infantil y adolescente. La televisión e internet tienen el poder de moldear, de cierta manera, la personalidad de los jóvenes y esto es aprovechado en gran parte por la publicidad. Cuántas veces hemos visto a un niño mirar una propaganda donde se le dice que necesita desesperadamente comprar tal o cual juguete o marca de ropa, o celular, o algún video juego. Tal es la influencia que la publicidad ejerce sobre el niño que de inmediato se dirige hacia el adulto más cercano y le expresa con gran desesperación su necesidad por adquirir el producto, el cual, según el mismo, le dará mayor sentido a su vida.
Pero también en el debate de este tan cuestionado tema es importante remarcar que no todo lo que se ve en los medios es nocivo para la mente de los jóvenes, ya que hay muchos programas de calidad que instruyen e influencian de buena manera en nuestros niños y adolescentes.
Otro punto interesante para reflexionar es el accionar de los padres, y adultos en general. Es muy recurrente y fácil responsabilizar únicamente a la televisión sin admitir que la culpa en este sentido es compartida, ya que somos nosotros los que le inculcamos al niño el hábito y le permitimos horas y horas frente a la famosa “caja cuadrada”.
Debemos terminar por admitir que los medios son parte de nuestra vida y aprender a enseñar a los niños y adolescentes cuál es la justa medida de las cosas: la televisión no es mala, pero tampoco toda la televisión es buena, y de ella se puede disfrutar si se aprende a no dejarnos influenciar y, en cambio, desarrollamos un juicio crítico respecto a la misma.
En conclusión, es claro que los medios influyen en las mentes de nuestros jóvenes y eso no va a cambiar. Lo que debemos hacer es preparar las mente de los jóvenes para que aprendan a filtrar la información y rescatar lo bueno, tal vez así los medios se vuelvan más un instrumento que sirva para educar que un instrumento para manipular. Paiva Leticia
Los medios masivos de comunicación han ganado territorio en el hogar de nuestras familias de tal manera que en oportunidades lo único que importa a la hora de sentarnos a la mesa en familia, es escuchar lo que los medios, es decir la televisión, dice. Hacemos caso a todo lo que la radio, la tv e internet enuncian; como sociedad hemos incorporado esta nueva costumbre y hemos descartado formas convencionales y propias que se daban con frecuencia dentro del seno familiar y en otros ámbitos, como por ejemplo el diálogo familiar, la lectura de los diarios, de los manuales, entre tantas otras buenas costumbres que nos caracterizaban y nos cultivaban.
Pero no es tan general la problemática y en este marco podríamos decir que medios influyen en mayor medida en la población infantil y adolescente. La televisión e internet tienen el poder de moldear, de cierta manera, la personalidad de los jóvenes y esto es aprovechado en gran parte por la publicidad. Cuántas veces hemos visto a un niño mirar una propaganda donde se le dice que necesita desesperadamente comprar tal o cual juguete o marca de ropa, o celular, o algún video juego. Tal es la influencia que la publicidad ejerce sobre el niño que de inmediato se dirige hacia el adulto más cercano y le expresa con gran desesperación su necesidad por adquirir el producto, el cual, según el mismo, le dará mayor sentido a su vida.
Pero también en el debate de este tan cuestionado tema es importante remarcar que no todo lo que se ve en los medios es nocivo para la mente de los jóvenes, ya que hay muchos programas de calidad que instruyen e influencian de buena manera en nuestros niños y adolescentes.
Otro punto interesante para reflexionar es el accionar de los padres, y adultos en general. Es muy recurrente y fácil responsabilizar únicamente a la televisión sin admitir que la culpa en este sentido es compartida, ya que somos nosotros los que le inculcamos al niño el hábito y le permitimos horas y horas frente a la famosa “caja cuadrada”.
Debemos terminar por admitir que los medios son parte de nuestra vida y aprender a enseñar a los niños y adolescentes cuál es la justa medida de las cosas: la televisión no es mala, pero tampoco toda la televisión es buena, y de ella se puede disfrutar si se aprende a no dejarnos influenciar y, en cambio, desarrollamos un juicio crítico respecto a la misma.
En conclusión, es claro que los medios influyen en las mentes de nuestros jóvenes y eso no va a cambiar. Lo que debemos hacer es preparar las mente de los jóvenes para que aprendan a filtrar la información y rescatar lo bueno, tal vez así los medios se vuelvan más un instrumento que sirva para educar que un instrumento para manipular. Paiva Leticia
Suscribirse a:
Entradas (Atom)