miércoles, 17 de septiembre de 2014

La influencia de los medios en la adolescencia

Los medios masivos de comunicación han pasado a formar parte de la vida cotidiana de casi la totalidad de la población mundial. En primera instancia hablar de estos conceptos, es decir medios de comunicación, remitía a objetos tales como la radio, luego a la televisión y en nuestra actualidad parece remitirnos inmediatamente a lo que es internet y todo lo que este comprende; aunque también la tecnología y los medios de comunicación se compone de objetos fabulosos y hasta extravagantes que son tenidos como íconos de la vanguardia tecnológica actual, y hasta del futuro si se quiere, en donde uno se puede encontrar con la información que desea en cuestión de segundos.

Los medios masivos de comunicación han ganado territorio en el hogar de nuestras familias de tal manera que en oportunidades lo único que importa a la hora de sentarnos a la mesa en familia, es escuchar lo que los medios, es decir la televisión, dice. Hacemos caso a todo lo que la radio, la tv e internet enuncian; como sociedad hemos incorporado esta nueva costumbre y hemos descartado formas convencionales y propias que se daban con frecuencia dentro del seno familiar y en otros ámbitos, como por ejemplo el diálogo familiar, la lectura de los diarios, de los manuales, entre tantas otras buenas costumbres que nos caracterizaban y nos cultivaban.

 Pero no es tan general la problemática y en este marco podríamos decir que medios influyen en mayor medida en la población infantil y adolescente. La televisión e internet tienen el poder de moldear, de cierta manera, la personalidad de los jóvenes y esto es aprovechado en gran parte por la publicidad. Cuántas veces hemos visto a un niño mirar una propaganda donde se le dice que necesita desesperadamente comprar tal o cual juguete o marca de ropa, o celular, o algún video juego. Tal es la influencia que la publicidad ejerce sobre el niño que de inmediato se dirige hacia el adulto más cercano y le expresa con gran desesperación su necesidad por adquirir el producto, el cual, según el mismo, le dará mayor sentido a su vida.

Pero también en el debate de este tan cuestionado tema es importante remarcar que no todo lo que se ve en los medios es nocivo para la mente de los jóvenes, ya que hay muchos programas de calidad que instruyen e influencian de buena manera en nuestros niños y adolescentes.

Otro punto interesante para reflexionar es el accionar de los padres, y adultos en general. Es muy recurrente y fácil responsabilizar únicamente a la televisión sin admitir que la culpa en este sentido es compartida, ya que somos nosotros los que le inculcamos al niño el hábito y le permitimos horas y horas frente a la famosa “caja cuadrada”.

 Debemos terminar por admitir que los medios son parte de nuestra vida y aprender a enseñar a los niños y adolescentes cuál es la justa medida de las cosas: la televisión no es mala, pero tampoco toda la televisión es buena, y de ella se puede disfrutar si se aprende a no dejarnos influenciar y, en cambio, desarrollamos un juicio crítico respecto a la misma.

 En conclusión, es claro que los medios influyen en las mentes de nuestros jóvenes y eso no va a cambiar. Lo que debemos hacer es preparar las mente de los jóvenes para que aprendan a filtrar la información y rescatar lo bueno, tal vez así los medios se vuelvan más un instrumento que sirva para educar que un instrumento para manipular. Paiva Leticia

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